Los suelos laminados con los que contamos actualmente no tienen nada que ver con los de hace una década. No es que antes no se usaran en zonas húmedas, pero los de hoy son mucho más resistentes, destacando esta característica como uno de sus mayores beneficios.
También imitan materiales con mucha naturalidad, como la madera. Ahora bien, si queremos que este tipo de suelo esté en toda la casa, incluidas las zonas húmedas, tienes que fijarte en sus componentes. Un suelo hecho a base de fibras hidrófugas es el ideal. Además, también debes escoger laminados con acabado antideslizante.
Otro aspecto importante que no debes dejar pasar es el sistema de anclaje. Por norma general, cuando colocamos suelos laminados en espacios húmedos, se usa un anclaje especial que evita la filtración del agua.