Si quieres cambiar el suelo de casa y también la carpintería de interior, puede ser una reforma conjunta de lo más productiva; y es que al hacerlo a la vez, la estética de la casa va a cambiar por completo. Ahora bien, ten cuidado con el orden de los factores, que en este caso sí altera el producto.
El pavimento debe colocarse primero por una sencilla razón, porque las molduras y las puertas caen directamente sobre el suelo. Si colocamos, por ejemplo, las puertas antes que una tarima, luego tendríamos que cajear los cercos y molduras de las puertas para que la tarima entrara por debajo de las puertas.
Con el resto de suelos sucede lo mismo. De no contar con el grosor exacto del pavimento, luego tendríamos que lijar puertas y retocar para que no rozaran.