Tejas, cubiertas, pérgolas de madera, hay que revisarlas todos los años. Es fácil que en las paredes de la terraza descubras fallos en la pintura, rodapiés que se han separado. Si ves que alguna zona ha comenzado a desmoronarse, quizás sea un signo de que la humedad o el agua están afectándolas. Aprovecha también los meses de buen tiempo para inspeccionar el patio y comprobar que nada obstruye los sumideros de agua. La propia tierra de las plantas, algún plástico roto... Puede provocar que el agua no evacue y se acumule llegando a provocar inundaciones. El asunto empeora si debajo hay una vivienda: humedades, goteras... En fin, ¡problemas!
Como os venimos diciendo, siempre es mejor llevar un plan de ahorro para pequeños proyectos y labores de mantenimiento, que pagar reparaciones costosas (y no solo desde un punto de vista económico). No es plato de buen gusto para nadie sufrir un reventón, descubrir una grieta que amenaza un muro, o que la caldera, en los días más fríos, falle. Y más sabiendo que si hubiéramos hecho el mantenimiento oportuno no hubiera pasado.
¿Y tú, también sueles hacer un mantenimiento anual de tu casa o esperas a que aparezcan las averías para actuar? ¿Se nos ha olvidado alguna revisión que consideres importante? te leemos.