Lo más llamativo de esta terraza son sus vistas, desde donde se puede ver el mar. Intentamos igualar la vistosidad de las instalaciones con la paz y la serenidad que aporta la bahía de cádiz, pero debemos confesar que no lo conseguimos.
En esta terraza conseguimos potenciar la comodidad y accesibilidad para sus usuarios. La luz ya no es un problema cuando llegan las horas fuertes del día en pleno verano, porque los toldos se despliegan con la información que reciben de la estación meteorológica; sin embargo, cuando sopla el viento del levante los toldos se recogen y se bloquean para impedir que se estropeen. Es una situación de alarma.
Esta parte de la casa también se puede acondicionar para las cenas, regulando la luminosidad y evitando, al mismo tiempo, que estas se queden encendidas toda la noche por un descuido.