Las hormigas entran a nuestra casa por un motivo, buscar comida. En cuanto a las zonas de acceso, su tamaño permite que puedan entrar por muchos sitios diferentes. Acceden por tuberías de la fachada, cables que entran dentro de nuestro hogar e incluso pueden instalarse una vez entremos nuevas plantas a casa.
El periodo de actividad de las hormigas comienza en marzo y termina en noviembre, momento en el que se meten todas en su hormiguero. Estos meses de primavera y verano son cruciales para su propagación. Además, si en un exterior puede ser fácil reconocer el lugar en el que hay una plaga de hormigas, en una vivienda puede hacerse un poco más complicado. El motivo es que en el exterior tan sólo tenemos que buscar en las zonas ajardinadas para detectar sus hormigueros, pequeños montículos de arena con agujero. En el interior, la cosa cambia. Estos insectos cavan túneles en pequeños huecos o grietas de nuestras paredes o suelos. Son tan pequeñas, que, como comentábamos, pueden colarse en los recovecos más pequeños.
Muchas veces nos daremos cuenta únicamente porque las veremos en hilera. En este caso tendremos que seguirlas para poder ver dónde se alojan. Si detectamos uno, lo más rápido es sellar la zona para evitar que lleguen más.
La mejor prevención para que las hormigas no aparezcan es tener una higiene correcta en el hogar. Barrer y limpiar siempre después de comer y cocinar e intentar bajar constantemente la basura. Además, también puede ser efectivo realizar diversas reformas que puedan arreglar grietas en paredes.