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De nada servirá tener el tejado y la fachada perfectamente impermeabilizados, si no contamos con unas buenas ventanas. Si estas no están en buen estado, no cuentan con el acristalamiento correcto o no proporcionan la necesaria estanqueidad, dejarán escapar el calor y abrirán camino a la humedad. Pero, ¿cómo es la ventana ideal? quédate con estas claves:
- Marco. El PVC y el aluminio con rotura de puente térmico (RPT) son los materiales más aconsejables. Ambos evitan el puente térmico, es decir, la transmisión del frío del exterior a la parte interior de la ventana. Cuando esto sucede, el vapor de agua presente en el aire se condensa y genera gotitas de agua en el cristal interior y el marco. Esta condensación se transmite a paredes y techos, y termina por generar problemas de humedad, manchas y moho.
- Acristalamiento. Las ventanas con doble o triple vidrio y cámara de aire son la mejor opción. Como mínimo, elige un acristalamiento 4/16/4 con vidrios de protección solar, para evitar el calor excesivo en verano.
- Tipo de apertura. Si las ventanas son de calidad, todos los tipos de apertura ofrecerán una buena estanqueidad. Pero cuando sea posible, conviene decantarse por ventanas abatibles u oscilobatientes, algo más aislantes y estancas que las correderas.
- Instalación. El cajón de la ventana debe estar encastrado dentro del muro, protegiendo el punto donde el mismo se une al marco.