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Visto en:
Cadaval & Solà-Morales
Aunque partían con un espacio reducido en planta, los arquitectos se encontraron con un gran aliado: la altura, era evidente que esta ventaja era de obligatorio aprovechamiento, por lo que se construyó un altillo en el que se albergan una habitación, baño y despacho, además de abrazar la zona de noche, donde se encuentran la segunda habitación, un baño y la entrada a la vivienda. El resto de la casa es un espacio abierto, iluminado e interrelacionado en todas las direcciones y en el que en un altillo a modo de grada podemos ser espectadores de todo lo que ocurre durante el día a día.