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No hay espacio pequeño, sino mal aprovechado. Si el lugar que tenemos para proyectar nuestro vestidor es reducido, tenemos menor margen de error. Una de las ventajas de tener un vestidor es que se pueden colocar cuantos elementos se necesiten: cajones, baldas, barras... Y todo ello en un solo espacio. Tendrás que pensar bien cuáles son tus necesidades. Es decir, cuántas prendas necesitan estar colgadas, cuántas dobladas, qué espacio dejarás a tus zapatos o si necesitas instalar un corbatero.