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Fernando Costa Pereira
También es cierto que, aunque la cocina sea pequeña, no es un imperativo tener que renunciar al color. Puedes escoger colores vivos y luminosos pero claros, como por ejemplo: el amarillo, el azul cielo, el verde pistacho o la gama de tonos pastel, te permiten dar un toque de color y vitalidad a la cocina sin restar amplitud. No serían aconsejables colores oscuros como por ejemplo, el negro, el granate o un gris subido.