Tenemos la manía de acumular demasiadas cosas en el baño. Además de lo básico: champús, geles, toallas, papel higiénico (¿aún te queda desde el confinamiento?)... Solemos guardar también productos de higiene, muchas veces caducados, y gran cantidad de plástico. Si la familia es grande y además se comparte el baño, la cosa se complica aún más. Es básico acumular menos y a partir de ahí, guardar mejor. ¿Qué mueble sería el perfecto? eso depende del espacio y de vuestros gustos. Pero desde luego, un modelo personalizado o a medida, suele ser la mejor opción. Piensa que al hacerlo así, tenéis más margen para decidir si el lavabo irá encastrado o sobre encimera. Podéis elegir poner más cajones o puertas correderas, dejarlo suspendido (para que se vea más ligero y poder limpiar por debajo), o apoyarlo en el suelo para no perder ni un centímetro. Con un diseño más clásico o actual, más modesto en cuanto a materiales o con un toque chic... Siempre podrás adaptar todos sus compartimentos a vuestras necesidades presentes, y dejar la puerta abierta a las futuras, añadiendo los módulos que os hagan falta.