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Llegará un momento del día en que necesariamente tengas que encender la luz. No te conformes con el triste plafón o foco de techo. Es mejor que coloques varios puntos de luz, de forma que diversifiques las actividades que se desarrollan en el baño. Uno en la zona de la ducha, otro en la más íntima, y otro en la del tocador, donde se agradece que las luces se sitúen a cada lado del espejo, para evitar incómodas sombras a hora de maquillarnos o de afeitarse.