Un tono gélido también puede ser el color de la decoración de navidad si juegas con la gama cromática que incluye estas tonalidades. Por ejemplo, si combinas el color azul celeste, el azul turquesa y por supuesto el azul marino. Esta tonalidad de azules te ayudará a crear espacios mágicos y llenos de elegancia y si la combinas con plateados, aún más.
Combinar el color azul con blanco y plata también puede ayudarte a conseguir un estilo elegante, fresco, divertido y con clase; además ten en cuenta que justo os tonos de azul te pueden ayudar a conseguir una sensación de absoluta tranquilidad y relajación.
Y si quieres darle una esencia más atrevida, sustituye las tonalidades en azul por un bonito color violeta, que sigue siendo un tono gélido pero rompe la propuesta y puede lucir mucho más chic.