Puede parecer que estamos ante un sólido oscuro y sin aberturas, pero todo lo contrario. Por la ubicación de la casa y la inclinación del terreno, se producen muchas tormentas y el viento incide con agresividad, por eso, a pesar de la resistencia del aluminio corrugado de la fachada, los arquitectos proyectan una casa con pocos huecos al exterior, pero muy estudiados.
Colocando los huecos de forma adecuada según la orientación precisa se consigue un comportamiento climático y lumínico perfecto. En este caso se coloca una fila estrecha de ventanas que recorre la fachada principal, y que nos permite tener una vista abierta hacia el paisaje sin tener que preocuparse por el temporal. Si a esto le sumamos las claraboyas que se colocan en la cubierta no nos cabe duda de que no será la falta de luz natural de lo que haya que preocuparse en el interior.