Si buscas un suelo muy sufrido y además todo terreno, la cerámica puede ser la solución perfecta para ti. Lo que más nos gusta es que es súper versátil porque se adapta a todo tipo de estancias (incluidas cocinas y baños) y que además ofrece tantos diseños y acabados, que se adapta a todos los estilos decorativos. Tienes desde acabados que simulan madera (pero sin tener que preocuparte de los cuidados o el mantenimiento), a los que imitan hormigón, cemento, o incluso ¡hidráulicos! los nuevos imitadores de las baldosas tradicionales de cemento pigmentado, son de gres y salen mucho más baratos (y piden menos cuidados) que las piezas originales. Además con los modelos de mínimo grosor, ya no hace falta (si no quieres) levantar el suelo viejo para instalar el nuevo. ¡Cero escombros y mucho menos polvo!
Por ejemplo, si no tienes claro cómo reformar la cocina de manera que se integre con el resto de la casa de forma natural, estos suelos pueden ser la solución.
- ¿Qué presupuesto debo preparar si me gustan los suelos cerámicos?
Dependerá mucho del modelo elegido, sabiendo que las baldosas en formatos XXL salen más caras que las pequeñas (pero tienen juntas mínimas y eso es genial a la hora de mantenerlas limpias). Para que eches cuentas, en el mismo piso de 100 metros, un suelo cerámico costaría entre los 635€ y los 1.800€.