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SeptembreArchitecture
Situada junto a la fachada principal, el exterior se vuelca al interior de la estancia para disfrutar de las vistas de las fachadas parisinas y de la cantidad de luz que inunda la habitación. Es fácil conseguir este efecto, cuando se opta por una envolvente totalmente blanca que magnifica el espacio y refleja cada uno de los rayos de luz que inciden en la superficie.
En este caso vemos un gesto que pretende humanizar el proyecto, con una clara voluntad de reflejar la vida pasada de la vivienda, se trató el pavimento de roble y se pintó de blanco, para mantener la pátina de la estancia, pero acercándola un poco más al momento presente de los habitantes de la vivienda. Amable, sencillo y humano.