De unos años a esta parte hemos experimentado la necesidad de aprovechar hasta el último centímetro de nuestra casa, y eso implica también exprimir la luz natural que entra por las ventanas. Ventanas que cada vez se demandan más y más grandes. Por eso, se derriban todos los muros incensarios apostando por los espacios abiertos y techos más altos. El truco para que todo ligue bien: apostar por una misma decoración para lograr continuidad entre los distintos ambientes y también con el exterior. ¿Y si hay que cerrar de alguna manera por un tema de privacidad, vapores u olores? opta entonces por los cerramientos o cortinas de cristal (en terrazas) o las puertas correderas. Otros dos elementos que son un must ahora mismo y que prometen extenderse hasta 2023.