Si estás cansado de ver manchas, arañazos o deformidades en la encimera, no queda otra que cambiarla. Ya sabes que el abanico de posibilidades es enorme: mármol, madera, laminada, granito, dekton. ¿Cuál ponemos? si estás pensando en una opción económica puedes apostar por las encimeras laminadas (teniendo cuidado con el calor y usando tablas de madera para cortar, no dan problema), o poner poner solamente el material más caro y resistente en las zonas de más uso (junto a la placa de cocción y el fregadero) y uno más barato y que vaya en sintonía con los muebles, en el resto. Muchas veces, a la vez que se cambia la encimera se invierte en un fregadero nuevo, de un solo seno (suficiente si usas el lavavajillas) y un grifo más eficiente. También se puede cambiar la placa por otra de inducción, e incluso apostar por una de tamaño reducido. Piénsalo: ¿para qué quieres una vitro con 4 zonas si nunca se gastan a la vez? en cocinas pequeñas puede ser un verdadero regalo contar esos centímetros extra.