Reformar la cocina es la obra pendiente en muchos hogares, pero si no llega porque aún no es su momento, o estamos de alquiler, tenemos muchas alternativas para cambiar su imagen, e incluso hacerla más práctica, gracias a las bondades de la obra seca. Desde pintar los azulejos o los muebles (siempre con la pintura adecuada), a cambiar la encimera, o el fregadero. El suelo se puede cubrir con una loseta vinílica en un fin de semana, y el frente (si no te gusta) forrarse con baldosas cerámicas (que se pegan sobre las viejas), o incluso con un revestimiento de acero inoxidable o un cristal opaco. ¡Y todo sin sacar un solo saco de escombro! ¿Sabes que hay vinilos diseñados específicamente para zonas húmedas, y que incluso pueden camuflar cenefas con relieve? ¡Está "casi" todo inventado!