Nos estamos refiriendo a los suelos vinílicos (en click o adhesivos), los laminados o incluso porcelánicos (especiales para usar sobre el viejo suelo), o el sufrido microcemento. Los primeros los encontrarás con juntas o sin ellas, en forma de lamas o incluso en losetas cuadradas. Revisa la etiqueta para analizar antes de comprar su durabilidad y resistencia. Ahora se ven mucho los motivos geométricos o de inspiración hidráulica, pero si no quieres que las modas le afecten tira más hacia los de acabado acero, pizarra o madera. Y luego el microcemento, que directamente se instala sobre paredes y suelo sin dejar ni una junta y con un mantenimiento casi cero. Casi todas estas soluciones requerirán rebajar con un cepillo las puertas (si las hubiera).