Veamos los métodos adhesivos más eficaces.
Cinta de doble cara
Son cintas que llevan adhesivo por ambas caras. En origen se utilizaban para pegar moquetas al suelo, pero hoy hay muchos tipos distintos con diferentes aplicaciones. Son muy fáciles de usar: solo hay que cortar un trozo de cinta, pegarlo en la trasera del objeto a colgar, quitar el papel protector y presionar contra la pared. Estas cintas se suelen utilizar más para colgar espejos o percheros, que cuadros. Es importante que sean de buena calidad; y si la pared tiene gotelé, es mejor elegir otro sistema.
Colgadores adhesivos
Estos colgadores son de dos tipos. Por un lado están las tiras, que son parecidas a la cinta de doble cara pero ya precortadas. Además, estas tiras tienen un sistema muy ingenioso que permite quitarlas sin dejar rastro: solo hay que retirar el cuadro, tirar de la pestaña elástica de la parte inferior... Y el colgador saldrá por sí solo. Y por otra parte, tenemos los ganchos y colgadores con adhesivo que se fijan directamente a la pared. Son muy prácticos para colgar prendas de ropa no muy pesadas, toallas y cepillos en el baño, etc.
Colgadores de velcro
Son el método más evolucionado para colgar cuadros sin taladrar. Consisten en dos tiras con adhesivo por su cara exterior (protegido con papel) y velcro en su cara interior. para utilizarlas, hay que quitar el papel protector y pegar una tira en cada lado del cuadro. Después se retira el otro papel y se pegan a la pared. Al consistir en dos tiras unidas por velcro, cuando queramos retirar el cuadro solo tendremos que tirar ligeramente para que el velcro se despegue. Después podremos volverlo a colocar, o si queremos cambiarlo de lugar, podemos poner nuevas tiras en la pared y conservar las que vas pegada al dorso del cuadro. Estas tiras son muy resistentes y aguantan mucho peso.
Como verás, hay muchas formas de colgar cuadros sin taladrar que evitarán tener que pintar las paredes cada vez que cambies la decoración. ¡Dales una oportunidad!