La solución: intégralo en otra estancia.
La mayoría de las veces no hace falta tener una habitación en exclusiva para poder trabajar en casa, ¡ni siquiera un espacio enorme! basta con tener un rincón en el salón o tu dormitorio en el que poder instalar un escritorio pequeño para trabajar con el PC.
Por ejemplo, el modelo de mesa linnmond/ adils es tan polivalente que lo mismo te sirve para trabajar que para comer. El truco es usar sillas giratorias en lugar de las convencionales. La blanca se llama långfjäll (129€) y la negra kullaberg (49,99€). Y si te falta sitio para archivar papeles o facturas, siempre puedes colocar un par de cajoneras con ruedas tipo helmer (34,99€) en algún rincón.
Con esto y un sofá bien cómodo, acabas de transformar tu salón-comedor en la perfecta oficina en casa. Vamos, que ni las de google...