x
Visto en:
pinterest
Imposible no abrir la boca viendo las imágenes de la gigantesca fábrica que el arquitecto Ricardo bofill convirtió en su casa en sant just desvern, a las afueras de barcelona. 5.000 metros cuadrados, ocho dormitorios o techos de hasta diez metros de altura hacen que, sin duda, de el cante. Construida con hormigón, cerámica, madera y vidrio. Antes era un conglomerado de chimeneas abandonadas, silos semiderruidos y naves de hormigón brutalistas. Tras media vida construyéndola, “La fábrica”, es uno de los proyectos vitales de bofill donde hoy vive y donde trabaja el grueso de su estudio.
¿Qué podemos copiar?
- Nunca subestimes un espacio por viejo o destartalado que sea
- Las mezclas de espacio industrial y el postmodernismo no son tan imposibles
- Una casa nunca se deja de mejorar