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Ahora sí. Quizá sea el paso más difícil porque de él depende el resultado de nuestra calabaza. Coge taladro, cúter y cuchillo. Aquí vale cualquier utensilio que puedas tener en casa y que te permita cortar sobre la dura superficie que es la piel de la calabaza. ¡Ármate de paciencia, pues aquí no valen las prisas! cada corte preciso que hagamos, ¡contará para el resultado final!