No es lo mismo almacenar ropa de cama o juguetes, que por ejemplo comida o herramientas. Tampoco será igual una caja que vayas a dejar a la vista, que otra que utilices debajo de una cama o en el garaje. Por eso existen cajas de plástico, polipropileno, PVC, tela y cartón de diversos grosores. Algunas además llevan tapa, para proteger lo que guardes en el interior de la suciedad, la humedad o los insectos, y se presentan con asas o portaetiquetas, para que identifiques en seguida lo que hay dentro. En cuanto a los colores: todos los que imagines (aunque las de plástico suelen ser transparentes). Por estilos, están las básicas de plástico con tapa de colores y otras más elegantes que pueden ser de tela, fibras naturales, papel reciclado, cartón o madera maciza. Algunas son perfectas para apilar, otras para colgar, las hay con ruedas... Ya ves que no hay desorden que no se pueda solucionar con la caja adecuada.