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Visto en: Gramil Interiorismo Ii
A menudo tenemos que "inventar" espacios de trabajo en lugares donde en principio no lo teníamos proyectado. En esta casa tenían que añadir una zona de estudio al salón, pero también debían garantizar un poco la privacidad (y silencio). Por eso, crearon un pequeño despacho cerca de la ventana para disfrutar de luz natural. Para no restar luz al salón ni mermar la sensación de amplitud, pusieron como elemento separador unas puertas correderas de cristal sin perfiles. Ahora están juntos ¡pero no revueltos!