De todas las cosas que puedes hacer para iniciarte en el mundo DIY, un cabecero es de las más fáciles y resultonas. Si utilizas pintura, haz una línea en la pared y juega con el contraste de color para crear el efecto de mueble. También lo puedes fabricar con palets, o con una balda volada de madera. Si utilizas papel pintado, como el que ves aquí, y lo enmarcas con molduras decorativas, tendrás un cabecero perfecto que no ocupa nada de espacio y que puedes cambiar, por muy poquito dinero, cada vez que te apetezca innovar. Algunos parten de una celosía de madera de jardín y la pintan para sacar a relucir su mejor cara, o usan materiales asequibles, como salvamanteles de fibras naturales, para diseñar una composición rápida y muy barata. Con cinta o velcro adhesivo, se cuelgan y despegan, sin necesidad de hacer agujeros, en un santiamén.
¿Y tú, has hecho algún mueble con tus manos? ¿Qué consejo le darías a los que aún no lo han probado? anímate a compartir con nosotros tu experiencia.