Os hemos hablado otras veces de las bondades de la pintura a la tiza que tan de moda está últimamente. Además de servir para "lavar la cara" de muebles, accesorios decorativos, puertas y todo tipo de superficies, también nos puede servir para hacer un falso decapado que tiña con color, sin ocultar la belleza de la veta natural de la madera. ¿Cómo se hace? es el mismo proceso que cuando pintamos un mueble sin más: lijar, limpiar el polvo, dar una mano de pintura blanca y retirarla con ayuda de un paño antes de que se seque (esta es la diferencia). Así descubres el diseño natural de la superficie. Luego se deja secar, y se pinta con el color elegido. Finalmente, se retira la nueva pintura con una lija de grano fino. Es una pasada ver como se intuye la veta y todos los nudos de la madera, a pesar de la pintura. ¿Y hace falta cera o barniz final? siempre es bueno darle una mano para proteger nuestro trabajo (lo hay incoloro).