x
Si hay otro lugar de la casa donde queremos máxima higiene y resistencia a todo tipo de ‘percances’, es en el dormitorio de un bebé o de los más pequeños/as de la casa. El linóleo, además del poder antibacteriano, es antiestático, impermeable, se limpia muy fácilmente y resiste el desgaste y los golpes. Vaya, que no tendrás que preocuparte si los pequeños vierten líquidos, arrastran juguetes, sillas o manchan el suelo con pintura de colores.