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Visto en: El Rincón Azul
Las puertas correderas son las amigas infalibles a la hora de ganar espacio en un dormitorio pequeño. En lugar de que se abra de forma abatible, una sola hoja se desliza por un tabique quedando oculta. La puerta corredera es una solución muy buena para separar dos ambientes que comparten dos hermanos de diferente edad. Por ejemplo, cuando es la hora de la siesta del bebé se puede cerrar la puerta para que los ruidos de su hermano, que juega en el cuarto contiguo, no le despierten.