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Hay otra etapa en los hijos que es cuando dejan de ser niños y comienzan a entrar en la preadolescencia. Cuando ya no les vale cualquier elemento decorativo en su dormitorio y se vuelven más exigentes. Los colores suaves dejan de gustarles y exigen un cuarto más completo. Pero hay una buena solución: apostar por un dormitorio donde todas las piezas estén bien combinadas y dejar materiales como la madera (quizá algo más clásico) por acero, forja o latón. Dan mucho juego y con el paso del tiempo, solo tendrás que variar los textiles y los elementos decorativos.