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En el dormitorio, podemos trasladar el verano de forma muy sencilla. Cambiar los textiles y los tejidos en una de las formas más fáciles de conseguirlo. Quita el nórdico que llevas utilizando todo el invierno y opta por colchas muy ligeras, por sábanas de algodón, frescas y bonitas. Los tonos pastel son un acierto pero los azules que transportan al mar son el must de cualquier dormitorio veraniego. Renueva también los cojines y elige tonalidades blancas y azul que te harán surcar el mediterráneo. Complementa el resto del dormitorio con muebles auxiliares en color blanco y tendrás un dormitorio precioso.