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Arriesgado pero efectivo. Esto es lo que conseguirás si te animas a apostar por pintar las paredes de tu dormitorio por un color intenso. El verde o el azul petróleo son colores que no dejan indiferentes y que renovarán por completo la habitación, aunque cuidado, puede que te canses con facilidad. Para no caer en este error, ¿por qué no pintas un solo panel? por ejemplo, el del cabecero, y compensas el resto de paredes con un tono mucho más neutro. Haz la prueba, ¡te encantará el resultado!