Aquí estamos hablando ya de algo más complicado. Si la unidad exterior está en un lugar de acceso difícil o peligroso, tendrás que recurrir a un profesional. Y si no tienes mucha experiencia en desmontar aire acondicionado o verificar equipos, también. Pero si te animas a limpiarla, hay tres puntos en los que te debes fijar: las entradas de aire, el tubo de desagüe y la batería de intercambio. En el exterior es más fácil que se acumule suciedad que dentro de casa, pudiendo llegar a atascar las entradas de aire y el desagüe. Compruébalo, y si están muy sucios o atascados, elimina la suciedad con cepillo, paños, agua a presión y detergente. También es conveniente retirar la rejilla para limpiar el ventilador y el interior de la unidad con un aspirador, bayetas y agua con jabón.
¿Y qué pasa si el aire acondicionado va por conductos?
Por supuesto, también hay que limpiarlo. Además de darle un repaso a la unidad exterior, hay que vigilar los filtros de la interior. Normalmente este equipo se instala en el techo del baño, bajo una tapa registrable; los filtros se encuentran en la parte posterior del aparato. Para limpiarlos, en primer lugar hay que saber de qué tipo son: si son de nailon no se pueden mojar, por lo que deberás cambiarlos por otros nuevos. Los otros tipos se extraen tirando de unas cintas que caen por debajo; límpialos bien con un aspirador potente. Si están muy sucios se pueden sumergir en agua jabonosa, aclararlos bien y secarlos a la sombra antes de volverlos a poner. Para ello, los insertaremos en su lugar y los engancharemos a las pestañas de la parte superior.