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Visto en: Alberich-rodriguez Arquitectos
Si el estilo minimalista es el tuyo, pero te aburre a veces ver un ambiente tan plano, puedes probar a aplicar pequeñas gotas de color. Donde tu quieras. Puede ser en la tapicería de alguna butaca, en el fondo de una librería (con pintura, papel pintado), los marcos de las puertas, las patas de un mueble. En dormitorios donde primen los colores relajantes, es posible también añadir dosis de color a través de los muebles. Un cabecero en un color intenso: verde, naranja, azul... Captará tu atención, sin desequilibrar el conjunto. ¿Y qué nos dices del efecto de un color chillón como el amarillo en una habitación para niños? si te fijas bien, verás que el necesario equilibrio lo ponen las paredes de ladrillo blanco y el suelo de madera.