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No es raro que cuentes también con mantelería especial, sí, con sus servilletas de tela y todo. Tampoco es raro que, en un momento dado, esta mantelería amarillee o simplemente cuente con alguna mancha de comidas pasadas. Saca la mantelería, revísala y lávala. No sólo es cuestión de manchas, hay textiles que al pasar mucho tiempo guardados pueden tener cierto olor a cerrado. Por último, no te olvides de plancharlos, no hay nada más horrible que un mantel con arrugas.