Es posible que tu congelador esté acumulando más nieve que en una pista de esquí. El problema puede estar en varios puntos, aunque principalmente encontramos tres motivos.
Por un lado puede que el termostato esté demasiado alto. Sólo debemos fijarnos en él para ver si es así. Un termostato muy alto demanda un trabajo excesivo, si a esto se une mantener la puerta demasiado tiempo y demasiadas veces abierta, el hielo en exceso está asegurado.
¿Te has fijado en el circuito de condensación? puede que no esté bien ventilado. Este circuito nota asfixia si el frigorífico está muy pegado en la parte trasera a la pared, sin espacio libre para que el aire circule con facilidad.
Además, también puede pasar que el serpentín no esté lo suficientemente limpio. Es la parte metálica, generalmente negra, que hay en la parte trasera de la nevera. El polvo acumulado también puede ser un problema para el funcionamiento del frigorífico, que se calentará muchísimo más y no realizará bien su trabajo. Ojo con esto último que puede terminar en una avería seria.
Por último, también puede estar el termostato roto. En este caso lo mejor es llamar siempre a un técnico especialista en reparación de electrodomésticos.