En el presupuesto final influirán, además del número de placas, aspectos como el tipo de inmueble, su ubicación, las horas de sol, el consumo diario y el tipo de instalación. Es cierto que es posible encontrar placas solares desde 1.000 euros, pero lo más normal es que su precio oscile entre los 2.000 y los 10.000 euros dependiendo de modelos y diferentes casas. En función de la calidad, la potencia y el tipo de placa por la que optemos, el precio de las placas solares puede oscilar entre los 34 y los 400 euros por unidad.
Es necesario saber que, además, también hay que instalar un inversor. Es la pieza clave encargada de transformar la energía acumulada en energía utilizable en nuestro hogar. El precio de esta pieza ronda entre los 400 y los 1.600 euros.
Como comentábamos al principio, necesitaremos baterías solares que almacenen la energía para poder usarla por las noches o en los días en los que no contemos con muchas horas de sol. Hay muchas opciones, desde las baterías monoblock, las estacionarias o las de litio. Estas últimas son las más funcionales, pero también las más caras.
Hay que añadir también el coste en estructura de soporte, el contador bidireccional, el cableado o el regulador de carga. Sólo la estructura ya puede costar más de 400 euros, llegando en los casos más complejos casi a los 1.000 euros.
Por último, también hay que añadir la mano de obra que siempre debe ser de un especialista. Esta mano de obra suele costar entre los 600 y los 1.200 euros.