También podemos usar dos o más colores en paredes completas haciendo contrastes que llamen la atención, o la focalicen en un punto, y a la vez nos ayuden a crear la sensación de que un espacio es más o menos ancho o largo, equilibrando así el ambiente. Ya sabes que pintando solo una pared podemos diferenciar ambientes dentro de una misma estancia. Por ejemplo, la zona del cabecero de una cama de un color intenso, la de estudio o la del vestidor o el armario, de otro. Posiblemente esta es la opción más fácil de todas y que seguro has visto aplicar más veces. Pero, como os decimos siempre, merece la pena arriesgar, sobre todo si lo que queremos es dotar a nuestra casa de eso que la diferencia de las demás: su propio estilo.
¿Y tú, también estás valorando pintar en dos o más colores? ¿Qué idea crees que le puede sentar mejor a ese proyecto que tienes en mente? ¿Medias paredes, paredes completas, golpes de color? te leemos.