El césped artificial posiblemente sea la mejor alternativa funcional, cómoda y económica al césped natural, más aún tratándose de un espacio reducido como puede ser un patio o porche interior. Su enorme ventaja es que no necesita cuidados especiales y que una vez instalado se puede usar al día siguiente. Piensa que es una solución súper práctica y muy decorativa para las zonas donde no podemos usar el natural por falta de suelo (como en una terraza, o ático) o de luz (si siempre hay sombra). En un espacio muy mini o inclinado, plantar y después segar y mantener sería un fastidio, sin embargo con el césped artificial todos estos problemas no existen. Además resiste al frío, las heladas, no produce alergias, el desgaste que le podáis dar y los rayos del sol. Móntate un rincón ideal en el mínimo espacio y despreocúpate del mantenimiento: sólo hay que cepillarlo de vez en cuando a contrapelo, y lavarlo con agua y jabón neutro. ¡Así de fácil!