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Visto en: Lamadrid Interiorismo
La realidad es el suelo que pisas, la cama en la que duermes y la gente que te rodea. Pues bien, la decoración pide que la adaptes a tu casa y a tu familia, no busques cosas que ni en un millón de años puedan adaptarse a las condiciones que ya están establecidas. Un buen ejemplo son: los sofás literalmente encajados entre dos paredes, las literas altas en dormitorios con techos bajos o minicortina en una maxiventana. Aunque algo te guste, si no es para ti, debes de aceptarlo y renunciar a él (al menos en esta casa).