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Colgada de las vigas del techo abuhardillado, esta hamaca es el lugar favorito de todos los habitantes de la casa para echar un sueñecillo después de comer. El fresquito está asegurado gracias a los techos de madera que son un excelente aislante térmico, y esos grandes ventanales que además de unas fabulosas vistas desde la hamaca, dejarán que corra bien el aire. Relajarse en un lugar así, debe ser un estupendo antiestrés para afrontar lo que queda del día con energía.