Con cortinas que arrastren un poquito y telas de calidad y con caída. Si las tuyas aún te gustan, pero con el tiempo se han quedado algo cortas, puedes añadirles un faldón para que crezcan y a la vez luzcan más. En las salas más clásicas, no pueden faltar unas buenas cortinas. De lino, seda, tul, organza, terciopelo... Las cortinas lisas son atemporales, pero las oscuras siempre cobran más protagonismo. Cortinas y estores son una combinación ideal cuando queremos desencasillarnos un poco de lo que se espera en un salón clásico. ¿Y dobles cortinas? solo si la ventana es muy grande y tiene buena luz. En cuanto a colores, los claros si buscas atemporalidad; burdeos, verde botella, azul petróleo, para ganar posiciones en el ranking del glamour.