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Visto en: Luis Carretero
Pensando en una opción ecológica y biodegradable con alta resistencia a la abrasión, podemos apostar por los suelos de linóleo (disponibles en losetas o rollos). Al contrario de lo que ocurre con los vinílicos o laminados, los suelos de linóleo tienen un mantenimiento algo más complejo pues han de pulirse entre 1 y dos veces cada año. Su instalación es rápida y limpia partiendo de un suelo previo bien nivelado o su correspondiente capa nivelante.
- Pasamos de puntillas por los suelos laminados que fueron una de las primeras alternativas que conocimos para renovar los suelos sin realizar obras. A su favor está además de su precio (son bastante económicos) su fácil mantenimiento y su instalación flotante. En condiciones adecuadas de conservación y mantenimiento, un suelo laminado clasificado como AC4 clase 31 ó 32 para uso doméstico, tiene calidad suficiente para mantenerse bien durante 20 años.