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La vida es cambio, así que. ¿Por qué no mover los muebles? dona o guarda en el trastero los que ya no te sirvan bien o no te gusten. ¿Quién sabe si más adelante te gustarán más? Y mueve los demás de la forma que más práctica y cómoda te resulte. Lo que manda siempre es la forma del salón. Si el tuyo es cuadrado, funcionan bien los sofás en “L”; en cambio si es rectangular, es mejor que los pongas en paralelo. Si te lías con eso de la forma del salón o es muy irregular, hay un truco que no falla: los muebles principales y más voluminosos tienen que mirar hacia las ventanas. Así tendrás más luz y menos sensación de agobio.