El sueño de caroline era el de tener un libro con las páginas en blanco donde poder escribir la continuación de la historia de esta vivienda. El principio es la monótona vida pasada de un taller de los años 30, de máquinas pinball y de los famosos tocadiscos jukebox. En la continuación de la historia, caroline dibuja espacios abiertos, mucha luz y la complicidad de los detalles con una envolvente lisa, con la pureza del blanco.
La distribución es lógica y sencilla: con una planta en forma de L la sala de estar que incluye la cocina y el comedor se ubica en la fachada principal con vistas a la calle. Las habitaciones y el baño se posicionan a continuación estando en la parte posterior de la vivienda. Para iluminar la zona central se construye un patio interior que ilumina de manera cenital a través de una claraboya.