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Otra de las ventajas es el gran confort en la pisada. Andar descalzo sobre un suelo de madera es un verdadero placer, tanto en invierno como en verano. Es un material acogedor que arropa completamente la pisada.
Es un suelo higiénico. Sí, el suelo de madera no acumula ácaros y polvo ni ningún otro elemento potencialmente alérgico. Por tanto, es la mejor opción si tenemos en casa alguna persona con alergias.