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Aparte de acometer este tipo cierres y cambios en puertas y ventanas, otro de los trucos para mejorar el aislamiento acústico pasa por actuar de la misma manera en paredes, suelo y techo. Y para lograr el mejor resultado, lo ideal es combinar tanto materiales aislantes como otros que se encarguen de absorber ruido para una mayor protección y confort.
Por ejemplo, si quieres que tu suelo no ‘suene’, una buena opción es colocar una lámina de polietileno o de caucho que amortigüen los impactos y de esta forma el ruido. O bien, tirar de alfombras y moquetas que se encargarán no solo de vestir la casa decorativamente, sino de cumplir una función de aislante acústico y térmico.