x
Visto en: Cecilia Caro
La ventaja de las tarimas flotantes es que no necesitan pegamentos ni productos de fijación para colocarlas, tanto en suelos como en paredes. Las de madera natural son las más bonitas, pero lo natural implica más cuidados cuando está en el exterior: aunque vienen tratadas para soportar las inclemencias del tiempo, habrá que aplicar un aceite protector 1 o 2 veces al año. El ipé, el cumarú o el bambú son maderas duras e idóneas para el exterior.