No solo será necesario darles una mano de pintura, que siempre es bueno. Quizá sea necesario, sobre todo si ha sido una temporada de grandes lluvias, revisar los problemas de humedades. Es posible que el foco no sean las lluvias. Así, si crees que puedes tener problemas con alguna tubería o algo así, no dudes en llamar a un fontanero para que revise bien tu instalación.
Una vez encuentres el foco del problema, ponte a pintar. Utiliza siempre pintura acrílica específica para zonas exteriores. Estas pinturas poseen acabados elásticos y una alta permeabilidad, por lo que la humedad que se atrapa en el interior de los muros no sale al exterior. En cuanto a los colores, cuestión de gustos. Es cierto que el blanco siempre da más luz y hace los espacios más limpios visualmente. No obstante, también se puede arriesgar con colores más llamativos, aptos para la primavera y el verano, como el azul o el verde.