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Si en tu caso, por el contrario, tienes el suelo de la terraza desgastado o roto, intenta cambiarlo o cubrirlo con tarima de exterior. Al ser un espacio pequeño, la inversión será mínima para todo lo que vas a aprovechar el espacio. Busca materiales específicos de exterior que no se estropeen con el paso del tiempo y cambios de temperatura. Lo mejor de un suelo de este tipo es que es muy agradable caminar sobre él, tanto en invierno como en verano, y resiste al agua sin problema.